La Perdida produce vinos naturales en el corazón de Galicia, al noroeste de España. Fue fundada en 2012 por el biólogo Nacho González, quien encontró su pasión por la elaboración de vino gracias a su abuela.
Nacho trabaja principalmente con viñedos aislados, remotos y de alguna manera olvidados; por eso sus vinos también son conocidos como "vinos de isla" y su objetivo es darles vida. Las uvas de La Perdida crecen en suelos de granito y arcilla, y los vinos se envejecen en "Tinajas" de ánfora o en barricas de roble muy antiguas.